El pasado fin de semana, la capilla del Colegio Hogar del Buen Consejo se convirtió en el escenario de un evento profundamente significativo y emotivo: las comuniones. Este momento, cargado de ilusión y devoción, reunió a familiares y amigos en un ambiente entrañable, donde se vivió intensamente la fe en Cristo.
La ceremonia, marcada por la calidez y el espíritu de comunidad, permitió a los niños y sus familias experimentar de cerca el amor y la guía de Cristo. La capilla, con su atmósfera acogedora, se llenó de sonrisas, miradas de orgullo y momentos de reflexión, mientras cada niño recibía por primera vez el sacramento de la Eucaristía.
Cada detalle de la celebración fue pensado para resaltar la importancia de este paso en la vida espiritual de los pequeños. Los familiares, conmovidos, acompañaron a los niños en este día tan especial, reafirmando la unión de la comunidad educativa y familiar en torno a los valores cristianos.
Fue una jornada donde la fe, la esperanza y el amor se hicieron palpables, recordando a todos los presentes la belleza de vivir en comunión con Cristo y la importancia de mantener viva la fe en cada momento de nuestras vidas.
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